13.5.17

Hablemos del Real Zaragoza, en clave de ideas

No hay que ser un gran entendido de un deporte como el fútbol para poder opinar sobre lo que le está sucediendo al Real Zaragoza en estos años anclado en la Segunda División. Es típico, lógico incluso, salvable y sin duda doloroso para una ciudad como Zaragoza.

Lo primero es que para ganar hay que creer que se puede ganar. En cualquier equipo humano de trabajo, sea una empresa de cualquier actividad incluidos los deportes, la confianza del equipo es básica en los resultados. Hay que estar motivado en tu propia capacidad.

Lo segundo es que cualquiera que viene a pelear contra el Real Zaragoza, sabe que aquí se viene a lucir, a demostrar que se es capaz, a dejar el 200% pues además de ser un lugar para lucirse, es una buena escuela de sensaciones. Si se pasa desapercibido es lo peor que les puede pasar, así que se viene a ganar y a pelear con rasmia inusitada. Eso sin contar las heridas de viejos guerreros hoy defenestrados de la ciudad.

Hay un componente añadido de información. Todos saben de qué forma se le puede trabajar a un equipo que es referencia. De un mediocre no se conoce tanto como de un grupo de RRHH al que se tiene como lugar al que llegar en el futuro. Aunque sus resultados finales sean mediocres hasta no poderlo soportar, como le sucede en estos momentos al Real Zaragoza.

Sin duda ahora viene las partes más contundentes. El Real Zaragoza NO TIENE equipo de futbolistas. Tiene con serias dudas jugadores buenos, pero que no forman un equipo aunque están todos “a una”, pues no se han logrado formar o construir desde la óptica de “un equipo”. Un equipo es algo muy diferente a un grupo de buenos profesionales. Incluso un buen equipo puede estar formado por un buen grupo de segundas líneas, bien llevadas y motivadas.

Comprar excelencia a golpe de presupuestos es sencillo. Pero otros grupos de personas han demostrado ser muy buenos con los mismos presupuestos que el Real Zaragoza o con incluso menos. Es verdad que esa parte que no vemos del deporte, es más asidua en y entre equipos como el Real Zaragoza que con equipos de segunda fila. Ese es un hándicap que hay que vencer. Las basuras se mueven muy bien entre los caldos de cultivo afines.

En el terreno deportivo, sin duda, el no entrar a la zona de las áreas enemigas a disparar es un gran problema. Intentar meter goles desde fuera es mucho más complicado. No tener un equipo defensor contundente y creíble es otro serio problema. Saber que la estadística te dice que los 10 últimos minutos suponen perder en excesivas ocasiones, es un enorme problema de nervios y dudas. Nadie les ha trabajado con éxito esto, desde el plano psicológico. Como también es un problema sentir la presión de los aficionados, que sobre todo son muy irregulares en sus apoyos o reclamaciones.

¿Soluciones? Lo primero, lo básico, es traer de entrenador a un gran psicólogo de grupos humanos. Lo segundo volver a cambiar de jugadores al menos en un 50%, desde el mes de mayo de 2017. Nunca desde septiembre con arreglos de los rotos en diciembre. Concentración fuera de Aragón. Relación con TODOS los medios de comunicación más exquisita. No cometer el error de plantear objetivos a muy corto plazo, pues primero hay que formar equipo y luego un “ya veremos”. Esto lleva al menos dos años de trabajo. Nunca marcarse objetivos de pocos meses.

Y si no se es capaz de conformar un equipo profesional de personas comprometidas y capaces, lo mejor es abandonar, irse a casa, pedir perdón y a otra cosa mariposa. 
 
Julio Puente