19.3.17

Yo no voy a misa. Pero soy (casi) católico

Yo creo que la campaña emprendida por algunos poderes escondidos en la España católica, para defender la misa de la televisión, sobra, no deberían perder el tiempo en algo que no necesitan. Nos conocemos todos y todas, sabemos quien va a misa por convencimiento, por ordenación divina y por obligación familiar. 

Sabemos del poder de la confesión católica en la España del siglo XX, desde aquella Reconquista católica hasta la actual situación en la que si no eres de ideología católica, es complicado ser incluso de derechas. Va unido en el paquete…, si quieres ser, claro.

Es verdad que entre los que dan la cara como "jefes" no todos son del Opus, faltaría más. También entre los católicos practicantes duros hay tendencias y familias. Desde los conocidos Kikos a los de Colores, pasando por más familias, conocidas y desconocidas, algunos incluso con nombres de Caballeros. Los confesores privados, familiares, siguen siendo una constante en muchas familias zaragozanas. Y su poder escondido es tremendo sobre todos ellos. No voy a dar pistas sobre iglesias donde es imposible no tener tu propio confesor, a quien debes obediencia total para ayudar, incluso a quien necesite ayuda del tipo que sea pero siempre desde la recomendación del sacerdote confesor.

El poder del catolicismo es además de muy grande, muy tapado. Lo de la misa es una tontería de grito. Os lo aseguro. Lo de la escuela concertada ya les jode más. Mucho más. Son sus “madrasas”.

Pero también hay que señalar que hay una iglesia católica excelente, maravillosa, que hace un trabajo social impagable, aunque en España nos hagan creer que es floja y va de capa caída. Mentiras de los que no quieren perder el poder del país. Si tenéis dudas, pasaron una tarde por la parroquia del Padre Ángel en Madrid. O una noche por la Plaza Mayor de la misma ciudad. O por algunas iglesias de barrio en Zaragoza.

Lo curioso es que la inmensa mayoría de los que nos consideramos católicos, o al menos cristianos, sabiendo esta manipulación para tener poder escondido, lo callamos o lo admitimos. Nos han ido enseñando desde niños que esto es así y punto. En silencio, en voz callada. Y más curioso es que hay muchos católicos que sonríen y piensan que esto es mentira, que son ganicas de meter basura, y que ellos nunca han tenido confesor particular. Y es cierto. También en la confesión católica hay varias clases y escalones.

Yo tampoco he tenido confesor particular en los últimos 50 años, faltaría más, pero los he conocido y los sigo viendo por las calles. Sigo entrando en las iglesias donde su poder es inmenso, aunque ese lo ejercen en horas a las que yo no voy de visita, ni a la luz del pasillo de los bancos de madera. Por el centro de Zaragoza los verás. Si quieres.

Julio Puente