30.3.17

Aragón necesita unidad contra el trasvase de futuro

El Ebro no nos pertenece a nadie, ni a los aragoneses ni a los catalanes. Hay que respetarlo por ser mucho más fuertes sus razones que las nuestras y por estar aquí, entre nosotros, antes que llegáramos. 

Así que todo intento para ser aprovechado por algunos en contra de los derechos de los demás, siempre debe contar con el rechazo de todos los afectados. 

Aragón no quiere robar el Ebro a nadie, pero tampoco va a consentir que se lo roben. Ya nos han robado la población, los recursos económicos que suponen las industrias o los campos de labor y ganadería, con lo que intentar alimentar con agua del Ebro, que debe estar como un recurso más al servicio de la mayoría de la sociedad por la que pasa el agua.

Los aragoneses no queremos (ni podemos) robar el sol y los turistas a otros territorios. No deseamos más que respeto hacia nuestras posibilidades de vertebración como sociedad capaz de seguir viva. 
 
Llevarse agua fuera de la cuenca es un violento atentado contra los intereses de todos, y no se deben consentir estos abusos, que curiosamente, siempre vienen amparados por los silencios madrileños.
 
Exigimos respeto, simplemente porque queremos seguir respetando a todos los vecinos,  en un clima de buena vecindad. No se quieren llevar el agua, se quieren llevar nuestro futuro.

Julio Puente