22.8.16

El Centro de Interpretación de San Lázaro, se podrá ver gracias a los vecinos

La incansable Asociación de Vecinos del Rabal ha logrado que se puedan visitar los restos arqueológicos que alberga el Centro de Interpretación de San Lázaro, junto al Puente de Piedra de Zaragoza, mediante un convenio de colaboración suscrito entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la Asociación de Vecinos Tío Jorge – Arrabal, quién se va a hacer cargo de realizar visitas turísticas guiadas y otras actividades en este espacio, uno de los más desconocidos de nuestro patrimonio cultural y que permanecía cerrado desde hace unos años.
                                       
Para realizar esta tarea, la Asociación de Vecinos Tío Jorge – Arrabal dispone de un grupo de vecinos voluntarios, formados como guías turísticos del Arrabal, que, de forma altruista realizan acciones de información, promoción y difusión de los elementos artísticos y culturales que alberga el barrio del Arrabal, encargándose de la apertura al público de manera puntual del Centro de Interpretación de San Lázaro, y de realizar visitas guiadas a sus instalaciones y a los restos arqueológicos que alberga del antiguo convento de la orden de la Merced que, durante más de seis siglos, estuvo instalado en esta zona de la ciudad, y recuperados en el marco del Plan de Acompañamiento de la Expo 2008.

HISTORIA DEL LUGAR (texto de Heraldo de Aragón)

La Orden de Nuestra Señora de La Merced fue fundada en Barcelona el año 1218 por el rey Jaime I el Conquistador y por San Pedro Nolasco, con carácter religioso y militar y siempre ha estado muy vinculada a la Corona de Aragón, y sus caballeros participaron junto al rey en importantes hechos de armas, como la conquista de Valencia. Una vez finaliza la reconquista aragonesa, y reconvertida en orden regular mendicante, se dedicó a uno de los principales fines para los que fue creada, la redención de los cautivos cristianos en tierras musulmanas y la atención a los sectores sociales más desvalidos. Tan sólo ocho años después de su creación y por orden real, en 1224 se funda en Zaragoza el Real Convento de San Lázaro, que tuvo entre sus cometidos, durante varios siglos, la atención como lazareto y hospital a los leprosos y a otros enfermos de la ciudad.  
                            

Con el paso del tiempo, el convento se erigió en el principal centro religioso del Arrabal y en uno de los más destacados de la ciudad. La descripción que de sus dependencias hace fray Francisco de Neyla a finales del siglo XVII nos cuenta que tenía una iglesia de cruz latina de grandes proporciones, con ocho capillas, tres sacristías y numerosos retablos, imágenes religiosas, lienzos provenientes de Italia y otras riquezas.            

Además, en el convento había dos claustros, uno de ellos con un pozo cuya agua era famosa en toda la ciudad por su calidad y pureza, una gran biblioteca, sala capitular, jardín, celdas para los frailes y dependencias hospitalarias en las que se atendía a los enfermos. En la parte cercana al río, disponía de un imponente muro que protegía las instalaciones conventuales de las intensas crecidas del Ebro.                                        
Durante los Sitios de Zaragoza el convento de San Lázaro fue arrasado casi por completo, ya que sirvió de baluarte defensivo de la ciudad por el norte, y en sus inmediaciones se vivieron algunos de los combates más cruentos para proteger el acceso al Puente de Piedra. Tras la desamortización de Mendizábal, en 1835, el solar del antiguo convento se convirtió en el cuartel de San Lázaro, y su entorno vivió un importante desarrollo a finales del siglo XIX, impulsado por la llegada del ferrocarril y la instalación en sus inmediaciones de la Estación del Norte, constituyéndose uno de los asentamientos tradicionales más importantes de la Margen Izquierda.