18.6.16

Se acerca el final del final. O no

Los nervios en el PSOE se empiezan a dibujar más marcados. La incertidumbre en la izquierda también. Llevamos tres días perdiendo votos desde la izquierda según los sondeos de El Periódico. ¿Qué sucede? Pues que vamos de tontos, que estamos dejando hacer a la derecha, que no somos capaces de articular un sólo proyecto de ideas y explicarlo con calma, que nos metemos en todos los barros que van apareciendo por los caminos.

Sin el efecto directo de los debates que vemos todos, nos tenemos que guiar por los titulares de los medios, y aquí jugamos a dejarnos que jueguen con nosotros. Y juegan en esto o en el Brexit, por poner dos ejemplos de esta semana. Se titulariza lo que conviene que se lea, pues ya sabemos todos que sólo el titular acaparará la atención. O somos capaces de crear titulares positivos, o da igual lo que se explique en el cuerpo del texto. No lo leen los que deberían leerlo. Y los que lo leen, ya vienen leídos de casa.


El PSOE ya ha admitido que va a quedar tercero, excepto si hay un milagro. Y admitir eso jode un huevo. Porque quedar el segundo en la izquierda (como en la derecha) supone que muchos indecisos voten a caballo ganador simplemente para disfrutar la noche del 26 de haber ganado. Es un concepto bien conocido. Nadie quiere ir con los perdedores. Y eso lleva a los clásicos movimientos que se producen por efecto de los sondeos manipulados. Si dudo —piensan muchos— si no lo tengo claro, prefiero elegir al ganador que al perdedor. Excepto que el perdedor me dé lástima.

¿Y el 27? Bueno…, todavía es pronto. Lo lógico sería que los dos cabezas pensantes del PP y PSOE dimitiesen para facilitar “la cosa”. ¿Pero a quién ponemos en tan corto espacio de tiempo? Porque debemos recordarnos a nosotros mismos antes de pedir cosas complicadas, que precisamente los que deben dimitir son desde organizaciones que deben negociar. No es lo mismo que dimita un líder perdedor y que se aparta de las posibilidades de gobierno, a que dimita alguien que al día siguiente ya debe empezar a replantear el futuro del país.

Podría quedar el PSOE con 75-80 diputados, una miseria, y al día siguiente ser reclamado el partido para negociar con cualquier de las otras tres fuerzas políticas. ¿Qué es más importante, dimitir o dar la cara en las negociaciones, tanto él como su equipo perdedor? ¿es creíble una negociación para formar gobierno, donde parte de los negociadores han perdido, van a ser repudiados por su propio partido, saben que van a desaparecer de la política?

Julio M. Puente Mateo