19.5.16

No voy a hablar (sólo) de CHA. Es autoestima y es trabajo en equipo

Aviso, no voy a hablar de fútbol, voy a hablar de Chunta Aragonesista. Ayer Jorge Valdano en el partido del Sevilla contra el Liverpool nos dejó una frase perfecta que le vamos a dar la vuelta. “El gol lo cura todo”.

El Sevilla, un equipo de personas, estaba derrotado tras los primeros 45 minutos. Se fue al descanso apabullado, perdiendo 1-0 y con la sensación de que estaba hundido. Pero alguien en el vestuario les dijo a las personas que aquello no era una derrota, que el tiempo volvía, que los cambios de actitud eran necesarios y que había demostrar que la rasmia era imprescindible. Les dijo que fuera les estaban esperando todos los sevillanos, incluso la mayoría de españoles, deseando que siguieran vivos y fuertes. Y les dijo algo fundamental. Si tenemos que morir en el partido, lo tenemos que hacer con dignidad, demostrando que no nos queremos morir en el partido, que nuestra dignidad nos obliga a demostrar que somos tan capaces como el que más.

Y el equipo de personas de blanco, los que llamamos “El Sevilla” salieron a comerse la hierba. Y en sólo 20 segundos metieron un gol. Y aquí entra la frase de Valdano. El gol es la autoestima, la medicina que hace convencer por encima de todo, pues les demuestra al equipo de persona que son capaces de ganar, que ese pequeño éxito de un simple gol sirve para levantar al equipo y convencerles de que unidos, juntos, con una meta enfrente, son capaces de vencer, aunque haya que hacer un gran esfuerzo. El gol fue la autoestima, la medicina. Pero antes ya habían venido vacunados desde el descanso, de que debían pelear pues ellos sí eran capaces. Y lo lograron.

Nadie se acuerda hoy de lo mal que lo pasaron en los primeros 45 minutos. Nadie recuerda que durante 20 minutos estuvieron hundidos y contra la pared. Hoy todos les aplauden, les vitorean, les recordarán como lo que fueron: los que lograron vencer al Liverpool. Y todo por un líder que les convenció en un descanso de la importancia por seguir peleando, de varios líderes entre las personas de blanco que se creyeron las palabras del vestuario, y de la suerte de meter un gol en 20 segundos. ¿Suerte o trabajo colectivo?

—¿Pero no habías dicho que ibas a hablar de Chunta Aragonesista?
—Pues eso, ahí está la clave. Hay muchas formas de hablar de Chunta Aragonesista.
Julio M. Puente Mateo