14.4.16

Qué va a suceder con el Centro Urbano Sostenible (CUS) de Zaragoza?

El área de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza ha retirado del Registro Contable de Facturas varias facturas de la sociedad municipal (100% municipal) Ecociudad, por valor de 595.828,04 euros y que corresponden al amueblamiento del Centro Urbano Sostenible (CUS) en el barrio de Valdespartera, pues no le consta al Ayuntamiento que se encomendara estos gastos a Ecociudad y tampoco se ha recepcionado el mobiliario ni está inventariado; y creen que no existe la obligatoriedad de abonar dichas facturas. Son cantidades  que ya han sido abonadas por la sociedad municipal y de las que el ayuntamiento sostiene que no hay registros que reflejen que el consistorio debe reconocer esos pagos. El CUS se crea para promover las buenas prácticas de reciclaje y sostenibilidad entre los escolares principalmente.

Más allá de la cuestión técnica, el Gobierno municipal hace una lectura política porque las facturas se reclaman el 7 de octubre del 2015, cuando se recepcionaron en el 2010 y entraron en el registro en el 2012. Para Alberto Cubero, responsable de Servicios Públicos, según dice él mismo "resulta llamativo que el gerente de Ecociudad, Miguel Ángel Portero reclame esa factura justo un día después de que dos concejales realizaron una visita por sorpresa a las depuradoras que tanto molestó".

Los años previos a la Expo y a la crisis económica actual, sigue generando problemas en Zaragoza. El CUS (Centro de Urbanismo Sostenible) salta ahora por su coste parece que descontrolado del, cuyo potencial como museo en realidad se ha quedado el último año sólo con la visita de 30 escuelas, y un total de 2.077 personas incluyendo ciudadanos particulares. El coste de cada visita al museo sale a 240 euros, un precio que al menos requiere una explicación.

Una obra que se triplicó de 1,5 a 4,3 millones de euros mediante “errores materiales”, peticiones del constructor y un mobiliario que supera el medio millón de euros y que incluye artículos como un reloj de sol de 12.830 euros que se apoya sobre un pedestal de 2.600. El equipo de Zaragoza en Común (ZeC) ha abierto una investigación interna para aclarar los motivos del desfase presupuestario y para evaluar la adecuación del acondicionamiento del centro como museo, una iniciativa que, señalaron fuentes municipales, el consistorio nunca encomendó a la sociedad municipal, Ecociudad Valdespartera.

La concejalía de Economía que dirige Fernando Rivarés ha ordenado retirar esa factura al detectar que el consistorio no había encomendado esas compras a la empresa pública, Ecociudad que parece ser adjudicó el grueso de los suministros a una sola empresa –Prames-, y que sus técnicos tampoco habían formalizado la recepción de esos artículos. “No hay ningún documento por el que el ayuntamiento haya encargado lo que hay dentro del edificio, y tampoco podemos pagar esos objetos porque no están reconocidos como bienes municipales”, señalaron fuentes del consistorio, que recordaron que desde 2006 la gestión del inmueble está cedida a Ecociudad.

La construcción del CUS, financiada por el ayuntamiento de Zaragoza, fue aprobada en mayo de 2006 con un presupuestos de 1.5087.036 (IVA al margen) y fue encomendada a Ecociudad Valdespartera, que debía financiar la ejecución en dos años mediante fondos municipales. Tras quedar desierta la subasta, Urbanismo procedió a “rectificar el presupuesto del proyecto”, con lo que el precio se elevó un tercio, hasta los 2.050.8549 euros más IVA. Tras esa revisión fue adjudicado a la constructora zaragozana Ideconsa por 2.034.425 más IVA, aunque ese no sería el precio final.

En octubre de 2008, el consejo de administración de Ecociudad modificó otra vez el presupuesto “a instancias del contratista y bajo la aprobación del director de obra” para elevarlo a 2.868.828 euros mas IVA, precio que aprobó el ayuntamiento de entonces. La cifra se elevaría hasta 3.114.130 mas IVA en la liquidación final, que incluyó “un importe adicional al presupuestado” de 119.940 euros, mas una serie de “revisiones de precios acordadas en contrato”. El precio final, más del doble de lo presupuestado inicialmente, supuso un desembolso de 3,61 millones una vez añadido el IVA, mas la factura del mobiliario y la decoración que eleva a los 4,2 millones el precio final, casi el triple.