5.3.15

Historia de la fiesta de la Cincomarzada de Zaragoza

El origen de la fiesta de la Cincomarzada en Zaragoza hay que situarlo en la I Guerra Carlista, guerra civil en que se enfrentaron las tropas de Isabel II frente a las de su tío, Carlos María Isidro, aspirante al trono español.
Las tropas carlistas, conocedoras de que la guarnición militar de Zaragoza había casi abandonado la Ciudad para reforzar las guarniciones del Maestrazgo, hicieron una operación de saqueo de Zaragoza para proveerse de víveres. Los hechos tuvieron lugar un 5 de marzo de 1838.
Conseguido muy parcialmente su objetivo, y tras una fuerte resistencia isabelina con gran pérdida de vidas y bienes, los carlistas abandonan la Ciudad de Zaragoza. Las tropas borbónicas de Isabel II otorgan a Zaragoza, con ánimo propagandístico, el título de “Siempre Heroica”, dedican una calle a los hechos y declaran festivo el 5 de marzo como celebración oficial desde el año 1839.
En 1843, tres años después de acabada la guerra, desaparece la conmemoración oficial, pero los zaragozanos comienzan a salir colectivamente a los campos de los alrededores de la Ciudad.
Se volvió a recuperar en 1854 (durante dos años) y, curiosamente también en 1868, con la Revolución Septembrina que derrocó a Isabel II. La fiesta que conmemoraba el triunfo isabelino se recuperaba con la salida de la reina castiza y con el segundo intento democratizador contemporáneo, primero monárquico (con Amadeo I de Saboya) y después republicano (I República). El primer intento democratizador fue el de José I Bonaparte en 1808-14, que fracasó tras una guerra.
El sexenio democrático (1868-74) también fracasó y volvió la dinastía borbónica con la I Restauración de la mano de un golpe de estado. Pero la cincomarzada continuó como fiesta cívica, saliendo los zaragozanos a distintos parques, arboledas y áreas de expansión urbana: el Cabezo Buenavista, la Almozara, la Arboleda de Macanaz, los entornos de las estaciones ferroviarias. No tenía entonces un único lugar de celebración.
Con la dictadura de Primo de Rivera, en el marco de la I Restauración, siendo rey Alfonso XIII, la fiesta siguió celebrándose. También con la II República, tercer intento contemporáneo de democratizar el Estado Español, que también fracasó por otra guerra.
En 1937, el Ayuntamiento fascista acuerda suprimir oficialmente la fiesta y redenominar la calle como “Requeté aragonés”.
En 1978 se crea la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza y el representante de La Cartuja propone celebrar el domingo 4 de marzo de 1979 (el lunes 5 era laborable) la “Cincomarzada”. El lugar elegido fue la arboleda de Macanaz. Al llegar allí, “los grises” impidieron la celebración pero pactaron su traslado al cercano parque “Tío Jorge”.
En 1981, con el Alcalde Sáinz de Varanda, el Ayuntamiento recuperó la denominación del nombre de la calle y la fiesta, vinculándola al carnaval y no tanto a la celebración isabelina. Con el Alcalde Belloch, el día festivo se aprovecha para hacer una exaltación del triunfo del absolutismo y del Antiguo Régimen en el marco de las guerras napoleónicas de 1808-14 en un intento de desdibujar cualquier atisbo progresista de la celebración y con un marcado carácter nacionalista español.
Desde 1981 se concentró la fiesta en el Parque Tío Jorge, donde sigue celebrándose muy mayoritariamente, aunque algunos barrios (Oliver, Casetas) celebran también sus propias “Cincomarzadas” y, en ocasiones, el parque Torrerramona (Las Fuentes) ha acogido a los peñistas paralelamente a la celebración “oficial”.
Por problemas de seguridad, aglomeración y por motivos de conservación de la zona verde en el parque “Tío Jorge”, la fiesta se ha ido trasladando a otros lugares con el inicio del siglo XXI. Sin éxito.
Quizá algún día vuelva a ser una celebración “de barrio” y tenga distintos lugares de celebración, como era en origen; quizá la ciudad se replantee la oportunidad de celebrar una victoria de las tropas de Isabel II Borbón, uno de los personajes más nefastos de la Historia del Estado Español, quizá las cosas queden como están, sea como sea. Feliz día festivo.
Jorge Marqueta Escuer