4.2.15

El PSOE y la cadena perpetua ¿quien necesitaba más la foto?

¿Cómo se puede prestar apoyo, ni siquiera condicionado, a la regresión más grave producida en cuarenta años en materia de derecho penal en el Estado español? 

No existe justificación alguna para que un gobierno democrático y en un Estado con una concepción garantista del procedimiento criminal (consecuencia directa de años sin garantías jurídicas en los procesos penales, sobre todo los vinculados a “infracciones” sociopolíticas), apruebe en pleno Siglo XXI la implantación de la cadena perpetua para determinados delitos.

El mandato recogido en la propia Constitución (Art. 25.2  "La penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientada hacia la reeducación y reinserción social…"), es claramente contrario a tal supuesto y, con  la excusa de unos hechos injustificables y condenados por todos, el PP cuela de rondón y con el apoyo del ingenuo, o no tanto, Jefe de la Oposición provisional, a la sazón líder de un PSOE en descomposición, dicha condena.

En un Estado en donde la criminalidad tiene uno de los índices más bajos de todos los países de nuestro entorno, la autoritaria derecha gobernante no ceja en su empeño de promover leyes represoras y, en este caso concreto, establecer una condena inútil e inhumana que, en ningún caso va a  cumplir la función reeducadora y reinsertadora señalada en la Norma Suprema.

Hablar de cadena perpetua como respuesta a los atentados yihadistas de Paris, si no fuera por lo serio que es el tema, nos puede sonar a chiste malo.  ¿Qué efecto puede tener dicha condena ante elementos terroristas para los que su ideal de vida es su propia muerte?  A no ser que el objetivo sea otro más espurio e inconfesable o simplemente sea una pose ante la población ávida de inconsciente instinto de revancha. 

La verdadera eficacia en este terreno se encuentra actuando desde los países occidentales con otra mentalidad hacia los países de origen y, como eso vemos que nuestros mandatarios no son capaces de hacerlo,  habrá que aumentar la inversión en prevención, dotando de medios materiales y humanos a los investigadores y a la propia Administración de Justicia, no legislando al dictado de los hechos, los sentimientos o por la imposición de instancias externas.

Ante tan bárbaro desatino, más propio de sociedades cobardes y enfermas, que de sociedades civilizadas y modernas, un PSOE desnortado vuelve a dar cobertura a un gobierno que en pocos días puede estar entre las cuerdas y que está intentando en todos los ámbitos ir dejando las cosas atadas y bien atadas. Ellos sabrán, pero así no me extraña que sus militantes vayan llamando a las puertas de otros partidos.

 ¿Acaso el Sr. Sánchez ha recibido alguna carta como su conmilitón Sr. Zapatero en 2010, que le ha obligado a firmar semejante fiasco? ¿Cuál ha sido la contrapartida? Pues que sea transparente e informe a la ciudadanía. También podía haber solicitado opinión a su sabia y digna militancia y seguramente hubiera tenido que optar por dimitir.

Quizás a alguien tan poco informado como un servidor, se le escape algo en todo este teatro del absurdo en el que se está convirtiendo la política palaciega de los que de verdad deciden, ya que de lo contrario, la actuación del PSOE es, digamos, extraña y, en todo caso, suicida, pero, ya digo, ellos sabrán…

Antonio Angulo Borque