2.1.15

¿Por qué el 2 de enero no es la fiesta patronal de Zaragoza?

Según la mitología cristiana, el 2 de enero del año 40 estaba Santiago en Cesaraugusta intentando convertir a los cesaraugustanos, quienes rebatían sus argumentos, hasta tal punto que el apóstol se planteó dejar de predicar su religión.

En ese momento, agotado, cuando le flaqueaban las fuerzas, apareció la Virgen María en carne mortal y le entregó una columna de jaspe, para que edificara una iglesia como símbolo de la fortaleza de la Fe. Nótese que se trata de la única “venida”, que no aparición, de la Virgen en el Mundo fuera de Palestina. La historiografía desmiente los hechos y la anciana María jamás estuvo por Zaragoza, pero el mito es una cosa y la realidad otra.

Un amigo mío me pregunta… ¿entonces por qué las fiestas del Pilar de Zaragoza son el 12 de octubre y no el 2 de enero, como sería lógico?

Viajemos, no en carne mortal, hasta diciembre de 1118. Las tropas aragonesas sitian Sarakusta. El día 10, el Papa Gelasio II, dicta una bula aceptando al obispo propuesto por los aragoneses, Pedro de Librana, francés, para el futuro arzobispado cesaraugustano. El 18 de diciembre de 1118, Zaragoza pasa a formar parte de Aragón, el 4 de octubre de 1121 se instaura una catedral (bajo la advocación de San Salvador en su Epifanía) en lo que era la mezquita mayor: La Iglesia Catedral de San Salvador, La Seo. Y desde el 12 de octubre de 1121 se celebra ese día la Fiesta de la Dedicación del Templo. Ese es el origen de las actuales fiestas patronales de Zaragoza. En ese momento, en el entorno que hoy ocupa la Basílica de Nuestra Señora del Pilar había una modesta iglesia semiabandonada (de unos 10 m2), en estado ruinoso, dedicada a Santa María la Mayor que databa del siglo IX y custodiaba la columna que, según la tradición citada, la Virgen entregó a Santiago.

El 12 de octubre, además, es festivo oficial en Zaragoza desde la decisión de su Concejo adoptada el 10 de octubre de 1613. 

Hasta el siglo XVII, el centro de la monarquía y las creencias aragonesas (en ese momento no existía la lógica separación Iglesia-Estado) era exclusivamente La Seo. Pero desde entonces, empieza a tomar fuerza, y rivalizar, el pequeño templo mariano con el símbolo del poder aragonés: La Seo. Y surge una gran rivalidad, como la de los “tomates” y los “avispas” en los albores del fútbol zaragozano en los inicios del siglo XX (valga la comparación sin querer ser irreverente un ateo como yo).

Y por motivos políticos, el centro del poder y las creencias cristianas aragonesas se traslada paulatinamente de La Seo (exclusivamente aragonés) al Pilar (impulsado por los Habsburgo, en el marco del Imperio).

En 1638 se plantea la construcción de un gran templo dedicado a la Virgen del Pilar, bajo los auspicios del virrey Juan José de Austria. Pero había que reforzar la “popularidad” de la Virgen frente al Cristo de La Seo y San Valero. Y para ello, se creó un mito, en 1640, “El Milagro de Calanda”, en el que un fingido cojo recobró la pierna que jamás perdió (lo contaremos en otro artículo).

Por ese hecho, el 27 de mayo de 1642, el Concejo de Zaragoza proclama patrona de la Ciudad a la Virgen del Pilar. San Valero, muy ligado a La Seo, donde se custodian sus reliquias desde 1170, era hasta entonces el único patrón de la Ciudad.

Una figura clave para el impulso el Pilar como centro político y religioso de Aragón fue el Papa Clemente X. El 11 de febrero de 1676 une los dos cabildos (La Seo y el Pilar) en uno solo (siguiendo con el símil futbolístico, igual que se fusionaron el Iberia y el Zaragoza en 1932) y ese es el momento clave,  se empieza a construir el gran templo que hoy conocemos (la primera piedra se coloca el 25 de julio de 1681).

Las fiestas patronales de Zaragoza hasta ese tiempo (con comparsa de gigantes y cabezudos, procesiones y demás) tenían lugar durante el Corpus Christi, pero ese Papa concedió ese mismo año (1676) a la procesión del Pilar el mismo rango que la del Corpus.

Las Cortes de Aragón, en 1678, extienden el patronazgo de la Virgen del Pilar a todo Aragón (hasta entonces el único patrón de Aragón era San Jorge, desde decisión de las Cortes de Aragón en 1461, habiendo sustituido al primer patrón de Aragón –desde el nacimiento del país-, San Pedro).

Pero volvamos a las fiestas. Las primeras fiestas zaragozanas populares celebradas en octubre de las que se tiene noticia tienen lugar del 12 al 20 de octubre de 1723, con procesión el 12, mojigangas, pasacalles y toros. Recordemos, la fiesta religiosa (desde 1121), a la que se había añadido el carácter de fiesta civil (1613), pasaba a ser popular (1723), pero aún no eran las “fiestas del Pilar”. Para eso habrá que esperar a que otro Papa Clemente, el XII, trasladara la fiesta del Pilar al 12 de octubre en 1739. También los Infantes del Coro de La Seo, institución musical del siglo XIII ligada a la extraordinaria tradición musical y organística de La Seo, se trasladan al Pilar.

Definitivamente, el centro de la devoción aragonesa pasó a ser la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y el 12 de octubre ya no se celebraba la Dedicación del Templo de La Seo, sino la fiesta de la Virgen del Pilar.

Habrá que esperar a finales del siglo XIX para que una devoción exclusivamente aragonesa pase a identificarse con España y, posteriormente, con la Hispanidad. Pero esa es otra historia que dejaremos para otro momento…
Jorge Marqueta