Podríamos
pensar que esta imagen es de cualquier paisaje prepirenáico, de un pueblo del
Somontano o de la Comarca de Calatayud. Pero en cambio es del centro de
Zaragoza. Es el río Huerva a su paso por Conde Alperche, debajo del puente que
une el Parque Bruil con el barrio de Las Fuentes.
En esta zona,
por la que desde hace siglos se puede pasar justo a la orilla del río Huerva,
que no se nos olvide pensando que es una posibilidad actual, hemos visto muchos
de nosotros ratas del tamaño de coyotes. ¿He dicho coyotes?, no, debo ser más
justo. Del tamaño de elefantes africanos de malas caídas. Incluso algunos
vecinos de las calles aledañas, hartos de su presencia, se apostaban por las
noches con escopetas de perdigón a cazarlas, mientras se movían en busca de
basuras. Lo curioso era que otros vecinos menos dados al civismo, les tiraban
bolsas de basura desde los pisos hasta el río, en un alarde de idiotez supina.
Os juro que la mañana en que paseé había dos patos disfrutando del agua algo
turbia y no vi ninguna rata. Lo que no sé es si ella me vieron a mi.