20.4.12

Ahora toca empujar para que los Centros Cívicos sigan vivos


Ayer en la presentación de los actos por el 25 aniversario de los Centros Cívicos de Zaragoza,  en la mesa redonda moderada por la periodista Marina Fortuño de Radio Zaragoza se plantearon asuntos muy importantes para el futuro de la participación ciudadana en Zaragoza. Es cierto que la crisis económica es brutal, que no hay dinero ni presupuestos públicos para dotar de vida perdurable y sobre todo comparativa con la que han tenido estas actuaciones públicas en las últimas décadas, para todos los Centros Cívicos; pero la necesidad de su funcionamiento y sobre todo el gran trabajo iniciado y la perseverancia de cientos de personas implicadas en todos los niveles  a que sigan vivos públicamente, aseguran su pervivencia unos años. Pero depende de todos nosotros, que apoyemos con imaginación y fuerza las actividades que ya no podrán ser iguales en los próximos años.
El voluntariado tiene que dar un paso más, diferente tal vez, para acercarse a los servicios públicos y no tanto a los servicios “bonitos” con el mayor de los perdones, pues se trata de realizar obras que nadie va a realizar en los próximos años y dejar que tengan que ser los poderes públicos y no los voluntarios, los que hagan aquellos trabajo que deben por obligación hacer los estamentos correspondientes, pagando por ellos. O dicho con más claridad. Menos atención al turismo, menos explicación sobre el futuro del tranvía y mucho más trabajo en barrios, en cultura de base, en iniciativas en zonas con menos recursos que una empresa privada.
Los ayuntamientos hacen un gran trabajo a través de los Centros sociales, lo van a seguir haciendo ofreciendo sus locales, la luz e instalaciones, sus funcionarios y seguridad, sus herramientas para seguir haciendo cultura o ayudas sociales. Pero a partir de estas necesidades cubiertas, hay que empujar con personas para ayudar a otras personas. Y aquí si que las personas voluntarias de los barrios son imprescindibles.
Y añado para terminar que hay barrios con grandes equipos de personas voluntarias que demuestran el gran beneficio de este tipo de ayuda. Y hay otros barrios que al no disponer de Asociaciones de Vecinos potentes no pueden disponer de esta soluciones que ayudan a las disfunciones sociales que ahora tanto se están dando. Depende esto de todos nosotros. También en la crisis hay que empujar más, eso sí, siempre de forma voluntaria.