10.3.11

Las monjitas cistercienses de Zaragoza tenían más dinero que muchas Cajas de Ahorros

Las monjitas cistercienses de Santa Lucía en Zaragoza no entienden de dinero y menos de billetes de 500 euros. Tan poco entienden que no sabían ni lo que tenían guardado en un armario, que al principio pensaron que debía ser algo más de millón y medio, pero una vez robado acudió el abogado y les contó la pasta gansa y les dijo que no, que en realidad lo que les habían robado era unos 400.000 euros. Que me digo yo, ¿y cómo lo pudo contar el abogado si ya no estaba la bolsa negra?
Lo malo va a ser como pillen al ladrón y le encuentren en su bolsillo ese millón y medio. Claro que para entonces siempre se puede hablar de las bodas de Canaán y de la multiplicación de los panes y los vinos.
No es tanto dinero en un armario, la verdad, fijaros que las monjitas no beben vino en las comidas, no gastan en ropas de marca, no se compran pisos con lo que cuestan estos, no gastan en viajes de placer pues todos los días hacen oración y poco más.
Lo curioso es por qué nadie les avisó a las monjitas que los dineros, cuando superan los 200 euros, es casi mejor ponerlos en los bancos para no estar contándolos todos los días que aburre. Tuvo que venir el abogado para sacarlas de su error y decirles que toda su vida ahorrando sólo les ha supuesto menos de la tercera parte de lo que ellas contaban. Es lo que tiene ser monjita, que se les olvida contar más de cien.
¿Cuánto abultan en billetes de 500 euros, ese millón y medio?, ahora mismo me voy a mi propio armario a comprobarlo, pero yo me imagino que igual no cabe en una bolsa de basura. Pero qué manía les entra a los ricos con guardar los billetes de 500 en bolsas de basura. No sé, pero igual los psicólogos deberían explicarnos esa tendencia.
En fin, que de momento están investigando a los que no fueron a la misa del domingo de las monjitas cistercienses de Zaragoza. Al final pillarán al malo, que lo sabemos, y haremos una película, que también lo sabemos. Por cierto ayer los ladrones de monjitas, sabiendo que puede haber cacho en los armarios, hicieron listas de los conventos zaragozanos para vigilarlos por si acaso. Mucho cuidado, les aviso a las monjitas, que los malos son muchos más que los buenos.

P.D. Ahora me cuentan que el dinero del armario era para comprar pieles para encuadernar, que era a lo que se dedicaban. Que me digo yo ¿pensaban comprar todas las vacas de Suiza?